En Ndiebène Gandiol los niños sonríen, pero en sus casas no hay luz, al menos eléctrica, ni tampoco hay agua corriente, y en su aldea no hay médico ni dispensario al que acudir para sanar sus heridas. La pobreza es el denominador común en la mayor parte de las 30 aldeas que integran esta comuna rural de 20.000 habitantes, situada en el Departamento de Saint Louis, al Norte de Senegal.
La agricultura, principal medio de vida de la población, ha sufrido una fuerte crisis en la última década, lo que ha repercutido en un alto porcentaje de los y las adolescentes, quienes, debido a la necesidad de recursos de sus familias, terminan sustituyendo los estudios por trabajos precarios o emigrando.
Toda esta coyuntura ha afectado gravemente a la disponibilidad de productos para garantizar una alimentación de calidad, una problemática que ha llegado hasta los comedores de los centros preescolares, donde niños y niñas de muy corta edad carecen de los alimentos necesarios para crecer sanos y desarrollarse adecuadamente.
En este contexto iniciamos, junto con nuestro socio local HAHATAY son risas de Gandiol, y con el apoyo financiero de la Agencia Andaluza de Cooperación, un proyecto que pone el foco en combatir la desnutrición infantil, de forma sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Gracias a esta iniciativa, se proporcionarán alimentos de calidad a cerca de 300 niños y niñas de 6 centros educativos preescolares de Gandiol, gracias a la creación y la mejora de huertos escolares, granjas comunitarias y gallineros sostenibles, con lo que, a su vez, se contribuirá a generar empleo para los jóvenes de la zona.
Esperamos contribuir a la salud y al correcto desarrollo de los más pequeños de Gandiol, en un proceso comunitario que proporcionará beneficios para todos y todas, ya que las instalaciones y cantinas escolares estarán gestionadas por las mujeres de la zona, generando para ellas oportunidades económicas y reforzando su protagonismo en el seno de sus comunidades.
